Hoy me dí a la tarea de terminar esta entrada que comencé en el 2009 y no sé porqué la dejé abandonada. Bueno, sí se porqué, en su momento pensé que era perder el tiempo. Pero dado que el tema seguirá vigente hasta que se acabe México o el futbol, la terminaré simplemente porque me gusta terminar lo que comienzo...aunque sea muchos años después.
¿Eres de los que se frustran porque la "Selección Nacional" o tu equipo no gana cuando tú quieres? ¿Te enojas porque "tu equipo" -te recuerdo que tú no haces nada porque no juegas- no es capaz de ganarle al equipo que más criticas? ¿Sientes la necesidad imperante de que tu falso equipo gane para sentir que lograste algo, sentirte superior o realizado y así tener el orgullo suficiente hasta para agredir e insultar a los seguidores de los contrarios? ¿También agredes e insultas aunque pierdas para que tu alma sienta que ganaste algo como sea y finalmente encuentre la supuesta satisfacción que necesitas?
¿Eres de los que se frustran porque la "Selección Nacional" o tu equipo no gana cuando tú quieres? ¿Te enojas porque "tu equipo" -te recuerdo que tú no haces nada porque no juegas- no es capaz de ganarle al equipo que más criticas? ¿Sientes la necesidad imperante de que tu falso equipo gane para sentir que lograste algo, sentirte superior o realizado y así tener el orgullo suficiente hasta para agredir e insultar a los seguidores de los contrarios? ¿También agredes e insultas aunque pierdas para que tu alma sienta que ganaste algo como sea y finalmente encuentre la supuesta satisfacción que necesitas?
Si es así te invito a que abandones todos esos sentimientos, o te convertirás en un mediocre consumado y sólo continuarás los pasos de la mediocridad alrededor de nuestros deportistas y también, ¿por qué no?, de nuestros gobernantes.
Para mí ganar es una cuestión mental y no tiene nada que ver con ninguna de las actitudes negativas que describí líneas arriba. Te invito a reflexionar sobre lo siguiente:
Un equipo es un grupo de personas organizado para trabajar de forma coordinada en la consecución de un objetivo. En términos de futbol, eso es once jugadores enfrentando a otros once contrarios con el objetivo específico de anotar un gol al contrario, y el objetivo general de ganar anotando la mayor cantidad de goles al contrario.
El futbol es un juego con reglas definidas, elevado a la categoría de deporte por el aporte benéfico que puede tener a la salud. Sin embargo, también lo han convertido en un espectáculo para ganar dinero explotando las pasiones humanas, haciendo aflorar las más bajas en mayor medida -y no hablo de las que tienen que ver con la lujuria.
A mi parecer, el propósito de un espectáculo es el entretener sanamente al espectador, al fanático, tú en este caso. Y el propósito del espectador es divertirse. Una relación de ganar-ganar. Sin embargo, cuando las pasiones se desbordan se pierde el equilibrio y por tanto el propósito. En el caso del futbol, si los jugadores se ponen violentos o si los fanáticos se enardecen porque las cosas no salen como ellos quisieran. Pero cuidado, hay una pequeña diferencia entre ser jugador y fanático y ésta es que ellos sí están en posición de hacer algo por su equipo, tú simplemente no puedes porque no eres del equipo, sólo eres un fanático, un cliente, alguien al que quizás de paso hasta le quiten su dinero con la mercadotecnia, eres sólo eso. No es tu equipo, es el de ellos. Por tanto, todo el mérito de la victoria o la derrota es totalmente de los que están en la cancha, no es tuyo, nunca lo fue y nunca lo será porque no hiciste nada...¡nada!. Si no lo sabías, hoy lo acabas de aprender.
Mantén la dimensión de las cosas y recuerda lo que mencioné líneas arriba cada vez que gane o pierda el equipo al que admiras; evita caer en la tentación de las pasiones que te llevan a agredir e insultar en cualquier modalidad a los seguidores de los contrarios. Tú no eres ni mejor ni peor que el resto por admirar a determinado equipo, sólo uno más. El ser un fanático que se deja llevar por la pasión es como ser de los que querían apedrear a la Madgalena de la que nos cuentan en un pasaje bíblico. No puedes simplemente apedrear a la puta...porque quizás tú eres igual o peor.
El futbol es un juego con reglas definidas, elevado a la categoría de deporte por el aporte benéfico que puede tener a la salud. Sin embargo, también lo han convertido en un espectáculo para ganar dinero explotando las pasiones humanas, haciendo aflorar las más bajas en mayor medida -y no hablo de las que tienen que ver con la lujuria.
A mi parecer, el propósito de un espectáculo es el entretener sanamente al espectador, al fanático, tú en este caso. Y el propósito del espectador es divertirse. Una relación de ganar-ganar. Sin embargo, cuando las pasiones se desbordan se pierde el equilibrio y por tanto el propósito. En el caso del futbol, si los jugadores se ponen violentos o si los fanáticos se enardecen porque las cosas no salen como ellos quisieran. Pero cuidado, hay una pequeña diferencia entre ser jugador y fanático y ésta es que ellos sí están en posición de hacer algo por su equipo, tú simplemente no puedes porque no eres del equipo, sólo eres un fanático, un cliente, alguien al que quizás de paso hasta le quiten su dinero con la mercadotecnia, eres sólo eso. No es tu equipo, es el de ellos. Por tanto, todo el mérito de la victoria o la derrota es totalmente de los que están en la cancha, no es tuyo, nunca lo fue y nunca lo será porque no hiciste nada...¡nada!. Si no lo sabías, hoy lo acabas de aprender.
Mantén la dimensión de las cosas y recuerda lo que mencioné líneas arriba cada vez que gane o pierda el equipo al que admiras; evita caer en la tentación de las pasiones que te llevan a agredir e insultar en cualquier modalidad a los seguidores de los contrarios. Tú no eres ni mejor ni peor que el resto por admirar a determinado equipo, sólo uno más. El ser un fanático que se deja llevar por la pasión es como ser de los que querían apedrear a la Madgalena de la que nos cuentan en un pasaje bíblico. No puedes simplemente apedrear a la puta...porque quizás tú eres igual o peor.